SELLO | DIEGO MUÑOZ-TORRERO Y RAMÍREZ MOYANO

DIEGO MUÑOZ-TORRERO Y RAMÍREZ MOYANO

DATOS TÉCNICOS DEL SELLO

Número EDIFIL:

Temática: Personajes

Fecha de puesta en circulación: 5 de septiembre de 2024

Procedimiento de impresión: Offset

Soporte:

Formato del sello: 40,9 x 57,6 mm (vertical)

Efectos en pliego: 16

Valor postal: 2,90 €

Tirada: 116.000

Diseño:

INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO

D. Diego Muñoz-Torrero, fue uno de los principales artífices de la Constitución aprobada en Cádiz en 1812, el primer texto constitucional de la historia española y uno de los primeros de la historia contemporánea universal.

Nacido en la localidad extremeña de Cabeza del Buey el 21 de enero de 1761, Muñoz-Torrero fue sacerdote, rector de la Universidad de Salamanca y exponente de la mejor tradición del liberalismo católico español de raíz ilustrada.

Tuvo su mayor protagonismo político durante la Guerra de Independencia contra los ejércitos invasores de Napoleón Bonaparte iniciada en el año 1808. Como diputado por Extremadura en las Cortes de Cádiz, se convirtió en figura crucial de ese período inicial de la Revolución Liberal en España, defendiendo los dos principios constitucionales consagrados en el texto gaditano:

- La “soberanía nacional”, que sostenía que la nación española no era propiedad de una dinastía que pudiera enajenarla, negando así validez a la renuncia al trono del rey Fernando VII en Francia a favor de Napoleón.

- La “monarquía constitucional”, que anulaba los poderes absolutos del monarca y establecía límites a sus funciones por medio de la ley codificada y del pueblo representado a través de sus parlamentarios electos.

Este irrevocable compromiso de Muñoz-Torreo con las ideas liberales le llevó a prisión en el año 1814, tras el retorno al poder como rey absoluto de Fernando VII, una vez expulsados los franceses.

Fue liberado en 1820 con el inicio del Trienio Liberal. Y se reincorporó a la actividad parlamentaria en Madrid hasta que tres años después, en 1823, se restableció el absolutismo nuevamente y con mayor ferocidad.

Entonces, tuvo que exiliarse en Portugal, siendo acogido generosamente por una familia noble de estirpe liberal en Campo Maior. En esta localidad alentejana permaneció hasta finales de 1828, cuando la crisis sucesoria abierta con la muerte de Joao VI llevó al trono al rey Miguel, que estableció el absolutismo en Portugal.

Temiendo ser deportado a España, Muñoz-Torrero se trasladó a Lisboa con la intención de partir hacia Inglaterra. Pero en esta capital fue finalmente detenido por las autoridades policiales y enviado a prisión a la Torre de São Julião da Barra. Allí sufrió un penoso cautiverio que le provocó la muerte en marzo de 1829, cuando contaba con 68 años.

Así perdió la vida aquel “preclaro, venerable, docto y virtuoso eclesiástico”, en palabras del gran historiador Modesto Lafuente a mediados del siglo XIX. No en vano, Muñoz-Torrero había sido una personalidad eminente que, en opinión de los juristas españoles, es justo acreedor al título de “padre de la Constitución” de 1812.

Texto: Ayuntamiento Cabeza de Buey