DATOS TÉCNICOS DEL SELLO
Número EDIFIL:
Temática: Personajes
Fecha de puesta en circulación: 6 de septiembre de 2024
Procedimiento de impresión: Offset
Soporte: Estucado, engomado, fosforescente
Formato del sello: 28,8 x 40,9 mm (vertical)
Dentado del sello:
Efectos en pliego: 25 sellos
Valor postal: 1 €
Tirada: 115.000
Diseño:
INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO
Ascensión Chirivella había nacido en 1894 una
familia de abogados y procuradores valencianos, pero el Derecho fue su tercera
carrera: había estudiado antes Filosofía y Letras y Magisterio, un paso casi
obligado para las mujeres que en su época pasaban por la universidad. El de
maestra era uno de los trabajos que podían ejercer con mayor facilidad. De
hecho, nada hacía presagiar que se convirtiera en la primera mujer que pudiera
colegiarse como abogada en España: la grave enfermedad de su padre y la necesidad
de hacerse cargo de un despacho en el que ella ya trabajaba ayudó a que tomara
aquella decisión. Lo logró en 1922: la repercusión que ese hecho tuvo en aquel
momento fue espectacular; aunque con posterioridad ella se lamentaría de las
risas y el desdén que algunos dedicaron a su posición como abogada,
con ello abría el camino a que muchas otras se atrevieran a ejercer junto a sus
compañeros.
Dedicó su labor a la defensa de los derechos
civiles de las mujeres: en aquel momento muchas de las reivindicaciones más
relevantes (el derecho a voto, la posibilidad de divorciarse, el derecho a la
representatividad política) pasaban por la modificación de las leyes o del
Código Civil. Ascensión, en parte gracias a una capacidad de oratoria que la
convertía en una adversaria temible, defendió todos esos principios, al mismo
tiempo que llevaba a cabo una campaña infatigable a favor de la República.
En aquellos años las cuestiones sociales
ocupaban un espacio esencial en los debates públicos, y en un inicio fueron
combatidas con hostilidad: Ascensión intervino en ellos de manera pública, con
la certeza de que un estado democrático debía garantizar la igualdad, fueran
cuales fueran los factores de cada ciudadano, bajo el paraguas de una
legislación moderna y eficaz. Que una joven de buena familia se atreviera, como
ella hacía, a dar un mitin sobre los derechos de las mujeres suponía no solo
una declaración de intenciones, sino una invitación al escarnio. Que además
tratara temas como la interpretación de la ley bajo un espíritu y una
perspectiva femenina resultaba abiertamente una provocación.
Su marido, Álvaro Pascual Leone, abogado
también, obtuvo un cargo como diputado. La vinculación de ambos a partidos de
izquierdas y su relevancia social hicieron que se exiliaran primero a Francia y
luego a México, al finalizar la guerra. Tras años de una gran precariedad,
arropada por la comunidad española pero completamente olvidada, Ascensión
moriría allí en 1980. Es tiempo ahora de reconocer su valía, su clarividencia y
su papel como precursora: y supone además un acto de justicia.
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