DATOS TÉCNICOS DEL SELLO
Número EDIFIL: 5705
Temática: Personajes
Fecha de
puesta en circulación: 30 de octubre de 2023
Procedimiento
de impresión: Offset
Soporte: Estucado,
engomado, fosforescente
Formato del
sello: 28,8 x 40,9 mm (vertical)
Dentado del
sello: 13 ¼ (horizontal) y 13 ¾ (vertical)
Efectos en
pliego: 25
Efectos en
pliego Premium: 8
Valor
postal: 1 €
Tirada: 125.000
sellos y 3.000 pliegos Premium
Diseño: Isa
Muguruza
INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO
Federica Montseny nació en Madrid en 1905 entre palabras y letras; sus
padres, anarquistas, eran los editores de La Revista Blanca, una publicación en
la que defendían su ideario político, Y ella, dotada con un don extraordinario para
la oratoria y la narración, publicó su primera novela con 15 años, y dedicó su
vida a defender aquello en lo que sus padres creían.
En 1931 se afilió a la CNT. En 1936, en plena guerra civil, formó parte del
Gobierno de la República, que la nombró ministra de Sanidad. Un hecho
extraordinario, hasta entonces ninguna mujer había sido ministra en España. En
toda Europa se contaban cuatro más. En el escaso medio año que tuvo de margen
se dedicó a remediar las condiciones de los niños y las mujeres, sobre todo de
aquellos que se encontraban en peor situación, huérfanos, mujeres embarazadas,
prostitutas.. y también planteó soluciones para mejorar la vida de las personas
con discapacidad, abandonadas a su suerte o a la caridad en la mayoría de los
casos. A ella se debe el primer proyecto de la ley de aborto.
Abandonó el ministerio solo cuando el frente de guerra la cercó; poco después,
escapó fuera de España para salvar su vida. Los gobiernos que vinieron a
continuación anularon todas las medidas que Federica había adoptado. Ella pasó a
ser perseguida y reclamada por los nazis y por las autoridades españolas.
Francia, donde se había refugiado, nunca la entregó.
Vivió en ese país hasta 1977 año en el que regresó a España. Continuó con
su labor política y de difusión de su pensamiento hasta su muerte en 1994.
Nada, de hecho, frenó nunca su lengua ni detuvo su labor periodística, que
publicaba bajo el seudónimo de Fanny
Germain. Como sus padres, llegó a dirigir varios periódicos. Se opuso con
firmeza a los pactos de la Moncloa, y a la manera en la que parte de la
historia reciente pasaba al olvido durante la transición. En sus últimos años pudo
ver como se valoraban y se apreciaban las ideas que había propuesto como ministra,
cuando nadie soñaba ni siquiera con cambios como los que ella consideraba de
simple sentido común.
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