Número EDIFIL: 5410
Temática: Humor gráfico
Fecha de puesta en circulación: 12 de junio de 2020
Procedimiento de impresión: Offset
Papel: Estucado, engomado, fosforescente
Formato del sello: 40,9 x 63,7 mm (vertical)
Dentado del sello: 13 ¾ (horizontal) y 13 ¼ (vertical)
Formato de la hoja bloque: 115 x 105,6 mm (horizontal)
Valor postal: 5,45 €
Tirada: 140.000 Hojas bloque
Diseño: Ricardo
INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO
Este año, la hoja bloque está protagonizada por una de las impresionantes ilustraciones del humorista gráfico Ricardo Martínez, RICARDO,
Un rinoceronte realizado con la técnica scratchboard, tiene como cuerno un buzón de Correos que es el motivo principal del sello de Humor Gráfico. Un buzón en el que podemos ver a su personaje de referencia Goomer que se dispone sonriente a introducir una carta por la ranura. Goomer fue su personaje emblemático durante casi 30 años. Se publicó en El País, El Mundo, El Jueves… incluso en Estados Unidos, India, Malasia y otros países. De esa forma el sello presenta su faceta de ilustrador y la de dibujante de historietas que, seguramente, es lo que más popularidad le ha dado.
Nacido en Chile, hijo de emigrantes españoles que en plena adolescencia se instalaría en España donde a finales de los setenta y principio de los ochenta se inició en el mundo de las ilustraciones publicitarias.
En esa época, junto a su amigo Nacho (José Ignacio Moreno Cuñat), creó el cómic Goomer, publicado primero por El País y desde 1990, en El Mundo.
En este último periódico ocupó el puesto de Jefe de Redacción Adjunto y dirigió el Departamento de Arte, comenzando también su andadura como ilustrador político.
Pero si algo llama especialmente la atención de su prolijo trabajo, son sus dibujos de animales, como el que ilustra esta emisión, que están realizados específicamente para la imagen de este sello.
El origen, según el propio artista, está en unos álbumes de cromos que le regaló su padre sobre el reino animal. Elefantes, leones o lémures hicieron que se obsesionase en cierta manera por el mundo animal.
El fruto de esta obsesión dio lugar, entre otras cosas, a un libro, El animal ilustrado, donde se unen bocetos, dibujos o procesos de creación de estas obras de arte donde podemos disfrutar de los animales en plena naturaleza o antropomorfizados con esta técnica, que consiste en raspar con una cuchilla sobre una tabla o cartón pintado de negro. Según el autor, la base del dibujo está en el boceto, parte del proceso con la que más disfruta.