Número EDIFIL: 3998
Temática: Diarios centenarios
Fecha de puesta en circulación: 4 de julio de 2003
Procedimiento de impresión: Huecograbado
Papel: Estucado, engomado, fosforescente
Dentado: 13 3/4
Formato: 28,8 x 40,9 mm (vertical)
Efectos en pliego: 50
Valor postal: 0,26 €
Tirada: 1.200.000
INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO
El 1 de agosto de 1902 salía a la calle el primer número de El Diario Montañés, decano de la prensa cántabra al que se dedica un sello. A principios del siglo XX Santander contaba con 60.000 habitantes y un nuevo periódico veía la luz para informar de los acontecimientos de última hora. El Diario Montañés nacía impulsado por Propaganda Católica de Santander S.A., con Ángel Quintana Lafita, como director, y una nutrida redacción de intelectuales. Su sede se encontraba en el Palacio del Macho, calle Hernán Cortés, y comenzó a editarse con dos lentas máquinas "Marinoni" que años más tarde fueron sustituidas por las primeras linotipias que hubo en Santander. En 1925 se produjo un gran cambio, cuando el joven periodista Joaquín Arrarás se hizo cargo de la dirección del periódico emprendiendo una reestructuración técnica y periodística, trasladando la sede a un edificio propio en la calle Arcillero.
A lo largo de esta centuria ha atravesados por momentos de mayor y menor gloria. En 1932 fue cerrado por la República, en 1936 incautado por el Frente Popular y en 1941 destruido por el incendio que asoló Santander, pasando a ser impreso en los talleres del Diario Palentino y La Gaceta del Norte (Bilbao), en este último diario la redacción permaneció durante seis meses, hasta que en 1942 se instaló en la calle Moctezuma. Entre sus numerosos directores se pueden citar a Melchor Ferrer, Adolfo Arce, Manuel González Hoyos (el más duradero en el cargo), José Antonio Gurriarán (introdujo un nuevo estilo técnico), José Aurelio Valdeón (cambió el formato "sabana" por "tabloide"), Miguel Ángel Santamaría y Ramón San Juan. No se puede olvidar a Florencio de la Lama, quien durante casi 40 años, primero como redactor y después como subdirector, marcó una etapa, siendo considerado como un maestro de periodistas. En 1979 y en un ambiente de crisis, asumió la dirección en funciones Manuel Ángel Castañeda. Un año más tarde un grupo de empresarios, presidido por Mariano Linares, adquirió el periódico con el fin de sacarlo de la grave situación. En 1981 se confirmó a Castañeda como director y se afrontó la renovación tecnológica. En 1984 se incorporó al Grupo Correo, grupo líder de prensa de información general, y en 1990 trasladó sus instalaciones a La Albericia. El histórico diario llega al siglo XXI adaptado a las nuevas tecnologías y con una edición electrónica en Internet.