Número EDIFIL: 4778
Temática: Efemérides
Fecha de puesta en circulación: 8 de enero de 2013
Temática: Efemérides
Fecha de puesta en circulación: 8 de enero de 2013
Procedimiento de impresión: Offset
Papel: Estucado, engomado, fosforescente
Formato: 28,8 x 40,9 mm (vertical)
Efectos en pliego: 50
Valor postal: 0,52 €
Tirada: 300.000
INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO
Las mugas o mojones señalan las líneas fronterizas entre España y Francia a través de los altos valles del Pirineo. En época medieval, y para mantener la unidad geográfica, económica y comercial entre los pueblos de las montañas, se tomaron acuerdos que permitían que los habitantes de cada lado se trasladaran de un país a otro con sus ganados para pastar o proveerse de leña y suministros. Para asegurar la protección de las personas y animales se establecieron hospitales o albergues en la montaña que cuidaban de su seguridad.
En este contexto se encuentra el Tratado del Puerto de Astún, tomado en el año 1131 bajo el reinado de Alfonso I de Aragón. Este monarca concedió la utilización de los pastos fronterizos de Candanchú, La Raqueta y el Espelungué a los monjes del Hospital de Santa Cristina. Entre las dos zonas pirenaicas existió generalmente una buena relación, salvo dos siglos más tarde cuando el rey Martín el Humano prohibió a los franceses el disfrute de los terrenos y de los pastos por el apoyo que hicieron al Conde de Foix y en contra del rey de Aragón.
En el siglo XVI, bajo el reinado de Fernando el Católico, se restableció el acuerdo con los pastores vecinos. En 1513, este monarca otorgó a la ciudad de Jaca la propiedad indiscutible del territorio de Astún y se llegó a un nuevo acuerdo que establecía la concordia entre las dos fronteras, por el cual Jaca se comprometía a entregar anualmente cien sueldos jaqueses a sus vecinos.
Para ratificar el reconocimiento de las mugas fronterizas derivadas del Tratado del Puerto de Astún, todos los años el Ayuntamiento de Jaca y los Ayuntamientos de las localidades francesas del Valle de Aspe: Urdós, Séte-Eygun y Etsaut celebran una jornada de acercamiento y de reconocimiento de los mojones suscribiendo las actas que posteriormente transmiten a sus respectivos gobiernos.
En el sello se hace una interpretación del reconocimiento de las mugas con la reproducción de una muga o mojón y las manos unidas de los cuatro regidores municipales, como muestra de hermanamiento y buena vecindad.