Número EDIFIL: 4786
Temática: Efemérides
Fecha de puesta en circulación: 26 de febrero de 2013
Procedimiento de impresión: Offset
Papel: Estucado, engomado, fosforescente
Dentado: 13 3/4
Formato: 40,9 x 28,8 mm (horizontal)
Valor postal: 0,37 €
Tirada: 300.000
INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO
Al cumplirse el Milenio del Reino de Granada se pone en circulación un sello que conmemora la creación de este reino independiente en el año 1013.
Tras el derrumbamiento del Califato de Córdoba, de la dinastía omeya, a partir de 1009, los territorios de Al-Andalus se dividieron en pequeños estados de existencia efímera llamados reinos de taifas. Uno de estos primeros reinos fue el de Granada, fundado en el año 1013 por el musulmán beréber Zawi ben Ziri. Una de las primeras acciones tomadas por la dinastía de los Ziríes fue trasladar la capital desde la ciudad de Elvira, un emplazamiento de difícil defensa, a Granada, entonces un lugar sin demasiada importancia. La elección de Granada como capital del reino fue debido a su buena situación y rica vega, lo que facilitaba el abastecimiento de la población.
La dinastía de los Ziríes abarcó desde 1013 hasta 1090 y en las Memorias dejadas por el cuarto y último soberano Ziri se puede leer: “Y contemplaron una hermosa llanura, llena de arroyos y de arboledas, que como todo el terreno circundante, está regada por el río Genil, que baja de Sierra Nevada. Contemplaron asimismo el monte en el que hoy se asienta la ciudad de Granada, y comprendieron que era el centro de toda la comarca”.
Tras cerca de 150 años de guerras, primero con almorávides y más tarde con almohades, Granada se engrandecería con la llegada de la dinastía del reino Nazarí, desde 1232 hasta 1492, que fue entregada a los Reyes Católicos. Durante este período, se levantaron los palacios, los jardines, los estanques, los centros de estudio y las estrechas callejuelas que dieron a la ciudad la fisonomía urbanística que hoy conocemos. Allí florecieron las ciencias, las artes y las letras y convivieron en perfecta armonía árabes y judíos.
Con la llegada de los reyes cristianos continuó la expansión artística y cultural de la ciudad. Se construyó la catedral renacentista, conventos e iglesias. El Emperador Carlos V edificó un palacio dentro del recinto de La Alhambra y fundó la Universidad, a la que acudieron los más ilustres maestros del momento
En 1984, el palacio de La Alhambra, el Generalife y el barrió del Albaicín de la histórica ciudad de Granada fueron declarados Patrimonio de la Humanidad.