Número EDIFIL: 4160
Temática: Personajes
Fecha de puesta en circulación: 18 de abril de 2005
Procedimiento de impresión: Calcografía
Papel: Estucado, engomado, mate, fosforescente
Dentado: 13 ¾
Formato del sello: 28,8 x 40,9 mm (vertical)
Efectos en pliego: 50
Valor postal: 2,21 €
Tirada: 1.000.000
INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO
Correos dedica un sello a uno de los personajes más polifacéticos que ha dado el siglo XIX a la literatura española. Nos referimos al escritor, político y diplomático cordobés, Juan Valera (Cabra, 1824 - Madrid, 1905), autor del que se conmemora éste año el centenario de su muerte. Dicho sello, de valor postal 2,21 €, reproduce un retrato del insigne escritor que se halla expuesto en la Sala de Profesores del Instituto de Educación Secundaria “Aguilar y Eslava”, de su localidad natal. Obra realizada por el pintor Enrique Romero de Torres.
Nació Juan Valera Alcalá Galiano en el seno de una familia aristocrática. Cursó estudios de Filosofía en el Seminario de Málaga y de Derecho en Granada y Madrid. En 1847 inició su andadura diplomática en Nápoles, Lisboa y Río de Janeiro, ciudad ésta última cuyas experiencias plasma en su novela Genio y figura. Luego continuó su periplo diplomático en Rusia desde donde volvió a España. En 1858 fue elegido diputado a Cortes y en 1861 miembro de la Real Academia Española de la Lengua. Nombrado director general de Instrucción Pública en 1872, tras perder este cargo volvió a la carrera diplomática en la que permaneció entre 1881 y 1883, primero en Lisboa, Washington, Bruselas y finalmente en Viena. Desde que viera la luz su primera novela, Pepita Jiménez (1874), en la que se analiza el proceso de seducción seguido por una joven viuda para casarse con un seminarista, fueron apareciendo otras como: Las ilusiones del doctor Faustino (1875), un doctor Fausto en pequeño, que encarna con fidelidad al filósofo frustrado y al artista obcecado en traspasar los límites del misterio; El comendador Mendoza (1877), novela basada en las relaciones adúlteras de doña Blanca con don Fadrique; en Doña Luz (1879) demuestra que ni religiosos ni seglares están exentos del amor humano. Aunque éstas obras fueron apareciendo a lo largo de los años, de manera alternativa con sus otras actividades de político y diplomático, será a partir de 1895 cuando Valera dé impulso a su otra vertiente, la literaria. Faceta en la que fue muy prolífico y en la que surgieron otras novelas: Juanita la Larga (1895), que relata las vicisitudes de una joven para casarse con un cincuentón; Genio y figura (1897), que cuenta las aventuras galantes de Rafaela; y Morsamor (1899), que narra las peregrinaciones del religioso Zuheros por diversos países. Juan Valera, vinculado a la generación de 1868, frecuentó también la poesía, el teatro, los cuentos, la crítica literaria, los epistolarios y los ensayos.
Texto: Francisco Vicent Galdón