Número EDIFIL: 4454
Temática: Varios temas
Fecha de puesta en circulación: 2 de enero de 2009
Procedimiento de impresión: Offset
Papel: Autoadhesivo fosforescente
Formato de los sellos: 40,9 x 28,8 mm (horizontal)
Efectos en pliego: 20
Valor postal: Tarifa B (1 sello= carta normalizada hasta 20 gr. Internacional Europa
Tirada: Ilimitada
INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO
Reúne este sello dos elementos eminentemente peculiares o característicos de nuestro país: el abanico y el mantón de Manila.
El abanico, además de ser un instrumento que proporciona aire fresco a su usuario, ha sido utilizado a lo largo de la historia como objeto con el que emitir mensajes, ya que con él se pueden practicar distintas formas de lenguaje. De hecho, este instrumento, dependiendo de cada movimiento, que tiene su propio significado, hacía transmitir un código secreto que servía de comunicación entre personas. Apareció el abanico plegable, por vez primera, en España en el siglo XVI. Sin embargo, en éste y en siglos posteriores, la importación de ejemplares procedentes de Italia y Francia fue tan importante que el rey Carlos II en 1679 se vio obligado a limitarla. Se sabe que en el siglo XVIII había en Madrid numerosos artesanos abaniqueros, aunque será Valencia la que se consolide como centro productor. Por ello, en 1802, se instala allí la Real Fábrica de Abanicos.
El mantón, una prenda de adorno femenino originaria de china, que se introdujo en Manila en el siglo XVI, está elaborado con piezas de seda bordada y fue llevado por comerciantes españoles a nuestras colonias americanas de México, Guatemala y Perú. A finales del siglo XVIII su uso se extendió por ciudades de Estados Unidos. Un siglo después en España se popularizó y fue muy usado como pieza de abrigo o complemento de vestir. Desde nuestro país, esta prenda de adorno femenino logró extenderse por Europa. El mantón, una vez introducido en España, adoptará en su diseño elementos ornamentales y coloristas propios de la flora autóctona española. Esta pieza selecta del vestuario femenino, adornada aquí con flecos largos, se destina a ser lucida en grandes solemnidades y actos excepcionales.