Número EDIFIL: 4708
Temática: Efemérides
Fecha de puesta en circulación: 16 de marzo de 2012
Procedimiento de impresión: Huecograbado
Papel: Estucado, engomado, fosforescente
Dentado: 12 3/4
Formato: 33,2 x 49,8 mm (vertical)
Efectos en pliego: 25
Valor postal: 0,36 €
Tirada: 300.000
INFORMACIÓN SOBRE EL MOTIVO DEL SELLO
Coincidiendo con el Bicentenario de la Constitución de 1812, se pone en circulación un sello conmemorativo que reproduce la portada de la edición de lujo grabada por José María de Santiago y dedicada a las Cortes. Esta obra, publicada en 1822, durante el trienio liberal, presenta todo el texto enmarcado con una orla arquitectónica y el principio de cada título decorado con una alegoría alusiva a su contenido.
Compuesta por diez títulos y 384 artículos, la Constitución de 1812 es uno de los textos jurídicos liberales más importantes de la historia. Fue aprobada en las Cortes de Cádiz el 19 de marzo de 1812, día de la festividad de San José, por lo que es conocida popularmente como “La Pepa”. Muchos de sus principios fundamentales siguen vigentes en la actualidad y en el momento de su proclamación significó un avance de modernidad y una ruptura con el Antiguo Régimen.
Los principales rasgos que establece son: la soberanía nacional; la separación de poderes entre el legislativo, ejecutivo y judicial; el derecho de representación; el reconocimiento de derechos individuales, como la libertad de expresión, de prensa e imprenta, la inviolabilidad del domicilio, la libertad personal y el derecho a la propiedad. Asimismo, establece como forma de estado la monarquía constitucional y limitada e instaura la igualdad de los ciudadanos ante la ley. Establece, también, la religión católica como la única confesión religiosa del estado y el sufragio universal masculino indirecto para los mayores de 25 años, que elegirían a los compromisarios que a su vez elegirían a los diputados.
La Constitución rigió durante escasos períodos de tiempo (de 1812 a 1814; durante el trienio liberal de 1820 a 1823 y en el período de 1836 a 1837) y sufrió los avatares políticos del primer tercio del siglo XIX, aunque tuvo un significado trascendental en la historia de España y sentó las bases de las constituciones posteriores. Fue jurada en los territorios de las colonias americanas y sirvió de modelo constitucional para gran parte de las repúblicas que se independizaron entre 1820 y 1830. No en vano participaron en la composición del texto representantes de las colonias que, posteriormente, contribuirían en la redacción de las constituciones de sus países. Fue traducida al inglés, francés, alemán, portugués e italiano como uno de los textos jurídicos y democráticos más célebres del momento.